Germina semillas

Cultivando plantas desde la semilla

Semillas y semilleros. Andrés Fortuño

La forma más económica para crear un ejército de plantas para tu jardín es desarrollarlas desde la semilla. No es la forma más rápida pero te puedes economizar mucho dinero. Además como con cualquier recién nacido, aprenderás a entenderlas y a quererlas desde el primer día.

Ya sea plantas con flores, vegetales o frutas, el proceso de cultivo a través de la semilla es bastante similar entre éstas. Sin embargo hay muchos factores que pueden afectar de forma favorable o desfavorable el proceso de germinación de las semillas. 

Germinación de la semilla

Cuando se habla de que una semilla está germinando, se refiere al proceso que pasa la misma desde su etapa durmiente hasta que se activa para comenzar a desarrollarse. Bajo un proceso de germinación débil tus semillas desarrollarán plantas endebles que no se podrán adaptar fácilmente una vez las transplantes a tu jardín. Por eso el proceso de germinación es crítico para el crecimiento de tus futuras plantas. Así que si vas a crecerlas desde la semilla ponle mucho énfasis a esta etapa.

Semillas de calidad

Primero escojamos las semillas. Piensa en el tipo de planta que quieres crecer. Ya sea ornamentales o plantas con fines de consumo, asegúrate primero de que las plantas que quieres crecer se adapten bien a la zona de clima donde vives. Si no, cuando pase la etapa de germinación y tengas que llevarlas a tu jardín o huerto, posiblemente estas plantas no sobrevivan el transplante.

Una vez determines el tipo de planta que quieres, es hora de comprar las semillas. Es importante que compres semillas de buena calidad para asegurarte un mejor proceso de germinación. Lee las etiquetas e infórmate de lo que estás comprando. En éstas te dirán cuales son las mejores prácticas para su crecimiento. Estas especificaciones pueden determinar el éxito o fracaso de tus semillas.

También es bueno que te asegures de que el paquete que vas a comprar esté lo más fresco posible. Semillas almacenadas por más de un año o bajo condiciones no controladas tienden a reducir su capacidad de germinación. Un paquete de mejor calidad debe tener fecha límite de uso o al menos de empaque.

Si ves que el paquete de semillas dice "híbridos", no te asustes. Esto son semillas que han sido manipuladas por el hombre para crear especies más fuertes de la misma planta. Por ende más fáciles para cultivar.

Condiciones ideales

Para comenzar el proceso de germinación, lo ideal es que la semilla tenga disponible hidratación constante, buena temperatura, oxígeno y luz de acuerdo al tipo de semilla que vas a sembrar. Las exigencias para cada tipo de semilla pueden variar, pero la mayoría de las plantas caseras tienen los mismos requerimientos.

Temperatura

Puedes comenzar el proceso de germinación en el interior de tu casa, ya que el exceso de sol o frío pueden resecar el terreno y matar tus pequeñas semillas. Lo ideal es buscar un lugar con buena luz y temperaturas entre los 65º y 80º grados Fahrenheit.

Si vives en una zona de mucho frío es indispensable comenzar a germinar tus semillas dentro de la casa. También debes esperar a que las temperaturas estén más agradables y cálidas para poder transplantarlas al jardín.

Para promover la germinación

Ya con tus semillas en mano, el próximo paso es crear o preparar el medio donde las vas a poner crecer. Muchas personas van directo al grano y las colocan de inmediato en un semillero, utilizando mezcla para siembra o “potting mix”(en inglés). Yo en particular prefiero ablandarles el terreno primero, envolviéndolas en un papel toalla húmedo hasta que muestren indicio de crecimiento.

¿Recuerdas los experimentos en la escuela superior? donde se colocaban frijoles en una servilleta húmeda y se esperaba a que echaran sus primeras hojas y raíces. Pues este proceso es exactamente igual.

Proceso inicial

Remoja una hoja de papel toalla en agua tibia y dóblalo a la mitad. Luego abre la hoja de papel y distribuye las semillas dejando una distancia prudente entre éstas. Entonces cierra de nuevo la hoja de papel atrapando las semillas entre medio.

Para mantener una humedad constante puedes colocar el papel con las semillas dentro de una bolsita plástica, como las que se usan para guardar emparedados. Sella la bolsa dejando un pequeño espacio para que entre el aire.

Asegúrate de mantener el papel toalla húmedo hasta que veas que las semillas comienzan a abrirse y logres ver un nuevo crecimiento firme.

Transplante hacia el semillero

Una vez veas que tus semillas han abierto y notes el nuevo crecimiento, es momento de transplantarlas al semillero. Puedes hacer semilleros con casi cualquier envase, lo importante es que éste sea bastante llano y que tenga buen drenaje (no acumule exceso agua). Hoy en día es fácil comprar semilleros en cualquier vivero o tienda de plantas. Por lo general éstos son plásticos y muy económicos.

Tierra o medio

Ahora que tienes tus semillas bien despiertas y listas para desarrollarse necesitas proveerles el terreno para que estiren sus primeras raíces. Lo ideal es comprar mezcla para siembra o “potting mix”. Ésta ya contiene los ingredientes necesarios para que tus semillas crezcan saludables.

Rellena el envase o semilleros con esta mezcla para siembra. Luego haz un agujero con un lápiz en la tierra. El agujero debe llegar tan sólo a la mitad de la profundidad del envase. Las semillas no deben quedar ni muy enterradas ni muy en la superficie. Una vez tengas listo el agujero echa una sola semilla en cada uno.

Luego cubre las semillas con mezcla para siembra. No presiones o aplastes la tierra. Recuerda que las nuevas semillas necesitan espacio, oxígeno y sus nuevas raíces son muy delicadas.

Ahora procede a hidratar el terreno. Siempre recomiendo utilizar un atomizador para que no eches agua en exceso. Mantén el terreno húmedo hasta que sea hora del transplante final.

Humedad ideal

La humedad y la temperatura son los elementos principales para que las semillas comiencen a despertar y desarrollarse. Es importante que no floten en agua pues se pueden llegar a pudrir, pero tampoco que estén secas pues entonces no germinarán. Siempre los términos medios son ideales, sobre todo para los nuevos crecimientos que pueden ser muy tiernos y débiles.

Del semillero al patio

Una vez veas que tus pequeñas plantas muestran sus primeras hojas reales (no los cotiledones que salen primero) éstas necesitarán más luz para mantener su proceso de fotosíntesis y fortalecerse. Así que éste es buen momento para transplantarlas a algún lugar del patio ya preparado con tierra fértil. Procura no partir las nuevas raíces durante el transplante, resiembra con todo y tierra (Potting mix), como si estuvieras sacando un cubito de hielo de la cubeta. Luego asegúrate de mantener el terreno húmedo, con muy buena luz y temperatura para que tengan un desarrollo exitoso.

Como ves es muy fácil crecer desde la semilla y te sorprenderá la variedad de plantas, flores y vegetales que puedes crecer en tu propia casa. Comienza hoy con un frijol como cuando estabas en la escuela y verás que rápido te vuelves un experto en estos asuntos de la siembra.