Una planta llamada corona de Cristo

Una planta llena de pura belleza, algo de veneno y demasiadas espinas

Corona de espinas
Corona de espinas. Getty Images

Es fácil ver lo llamativo de sus ramas gruesas y espigadas, sus hojas verdes y ovaladas, hasta sus brácteas rojas que desde lejos parecen diminutas cerezas. Pero si no eres fanático de las espinas esta planta te puede parecer un poco tenebrosa.  

Cuando son pequeñas aún no tienen espinas en sus tallos. Son plantitas muy atractivas y fáciles de manejar en cualquier tipo de tiesto. Pero una vez comienzan a crecer sus  tallos se cubren con un sinnúmero de pequeños aguijones.

Para muchos esto es un atributo, ya que utilizan estas plantas para bordear o separar áreas del jardín donde quieren limitar el paso de intrusos. La enorme cantidad de espinas mantiene alejadas a muchas mascotas y animales que pueden venir a comerse las plantas y las hortalizas.

La Euphorbia milii o corona de Cristo

La Euphorbia milii es endémica de Madagascar, pero hoy en día es fácil encontrarla en muchos otros países con zonas tropicales y subtropicales.  Por su apariencia muchos la asocian con la corona que llevó Cristo durante la crucifixión. Inclusive algunas personas piensan que esta especie pudo haber sido la que utilizaron para crear aquella terrible corona. Sin embargo basándome en la procedencia de esta planta, me parece que esta no puede haber sido. 

Las flores de la corona 

Lo que aparentan ser las flores de esta planta son realmente brácteas. Estas simulan dos pétalos redondos que pueden ser de color rojo, blanco o rosado. Las flores reales son muy pequeñas y crecen muy diminutas entre las dos brácteas. Estas reafirman su nombre común, ya que son asociadas con gotas de sangre. 

Un dato curioso es que esta planta es prima hermana de la delicada flor de Pascuas o de Nochebuena, también conocida como Poinsettia. No que esto cambie la historia sobre la corona de Cristo, pero es interesante que ambas estén relacionadas con fechas importantes en la fe cristiana.

Clima ideal

La corona de espinas es una planta muy resistente. Mientras reciba buen sol y se le riegue de vez en cuando, esta crecerá y florecerá prácticamente todo el año. Esta planta es de tipo suculenta, por lo que almacena agua en sus tallos. Así que puede sobrevivir en climas secos y calientes, igual que lo haría un cactus o cualquier otro tipo de suculenta.

También es una planta que se puede mantener en zonas con inviernos fríos, siempre y cuando se lleve a interiores en lo que pasa el invierno.

Para interiores 

Si la deseas mantener en interiores todo el tiempo, debes colocarla al lado de una ventana donde entren los rayos del sol. Asegúrate de que los riegos sean mínimos, pues los excesos de agua pueden hacer que se pudran los tallos y se le caigan las hojas de forma prematura.

Terreno ideal

Lo más importante en cuanto al terreno es que este no acumule agua o cree encharcamientos. El terreno ideal debe estar compuesto de arena, tierra con algo de composta orgánica y gravilla. La gravilla y la arena ayudan a que el sustrato tenga buen drenaje. La composta proveerá buen material orgánico para la fertilización natural de tu planta.

Pueden ser tóxicas

Igual que muchas otras plantas ornamentales, estas plantas contienen una savia que puede ser algo tóxica. La savia es el líquido blancuzco y lechoso que corre por las venas de algunas plantas.

En el caso de la corona de Cristo, la savia puede crear irritaciones severas en la piel, sobre todo a quienes poseen una piel sensitiva. Si se injiere por accidente, puede crear irritación severa en la boca y garganta, hemorragias gastrointestinales y diarrea. Esto aplica no solo a los humanos, pero también al ganado, a los caballos y a mascotas de todo tipo.

Por otro lado no hay que tenerle miedo. Lo importante es siempre utilizar guantes hechos de algún material fuerte a la hora de trabajar con ellas. Mientras no tengas contacto con la savia, no tienes de qué preocuparte. De tener contacto por accidente, lávate inmediatamente con agua y jabón, hasta que hayas eliminado la savia sobre tu piel. 

Cómo propagarlas

La propagación de la corona de Cristo es bien fácil, ya que se puede propagar por esqueje. Simplemente corta alguno de los tallos o espigas. Dale tiempo a que se seque la savia en la parte donde hiciste el corte.  Luego entierra este tallo en un tiesto con tierra húmeda. Asegúrate de colocar la parte donde hiciste el corte dentro de la tierra. 

Como ves, cultivar y mantener una corona de Cristo en casa es muy fácil. No hay que pasar por las manos de Poncio Pilato o ser torturado por soldados romanos para disfrutar de sus bellas flores. Eso si, como mencioné antes, mucho cuidado con la savia y con las espinas. No sea que les dé por recordarte con un pinchazo la procedencia de su nombre.